lunes, 21 de junio de 2010

Hermosa despedida


No puedo imaginar despedida más hermosa y emotiva para un escritor que sus lectores blanden ejemplares de sus libros como homenaje íntimo y colectivo. Sucedió el domingo en Lisboa. Los grandes sobreviven en cada una de sus obras y la memoria de los que las leemos.

Ramón Lobo

(Foto Olga Rodríguez con iPhone)


¿Y si las historias para niños fueran obligatorias para los adultos?

¿Seríamos capaces de aprender lo que desde hace tanto tiempo venimos
enseñando?

José Saramago





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