domingo, 14 de noviembre de 2010

sábado, 13 de noviembre de 2010

Réquiem por una letra


Yo ya no soy la que era,

vivo sin vivir en mí

(como la santa poeta).

Me quieren cambiar el nombre,

dejarme sin mi apellido,

sin historia, sin familia...



Yo quiero que tú comprendas

que esto no es tontería,

que ser nieta de filósofos

o nacer en Syracusa

nunca puede ser lo mismo

que el abuelo cantepop

en un club de Liverpol.


Yo era casi único testigo

en los libros y en las aulas

de tiempos sabios de antaño,

de la historia de este lado;

como mi tocaya y prima

que comparte mi destino,

conservábamos esencias

de la cultura fenicia.


Yo y ella, ella y yo,

huérfanas y desnudas,

ambas perdemos el rumbo,

náufragas en mar de olvidos.

Mi apellido arrastra al suyo,

deshace los parentescos

y nos deja sin pasado,

sin raíces, sin futuro.


Yo viajé hasta el otro mundo,

me amoldé a nuevos acentos,

me cambiaron a su antojo, embellecieron mis tonos.

Pero no quiero uniformes

que oculten otros encantos,

que ignoren de dónde vengo,

que desprecien mi legado.



Yo ruego que este lamento

corra mucho, llegue a tiempo,

cruce el charco, llegue lejos,

al mismo país de México,

o Méjico, si usted gusta,

pues en tal caso se supo

respetar el viejo uso.

sábado, 6 de noviembre de 2010

AMÉN


Benedicto XVI critica el laicismo agresivo de la sociedad española.

Efectivamente, véanse algunos ejemplos de lo laicos que somos :
- la religión católica está en todas las escuelas públicas condicionando el horario general de los centros,
- los telediarios de la cadena pública española ocupan el 50% de su tiempo en dar noticia del evento además de que la cadena modifica su programación para dar en directo la llegada de este señor, l
- los obispos están un día sí y otro también en los titulares de la prensa opinando y "queriendo" imponer su doctrina,
- los ministros y cargos públicos de este país juran mayoritariamente sus cargos ante crucifijos y Biblias,
- la familia Real hace gala de sus creencias (hasta Letizia pasó a comulgar, ¿desde cuándo pueden hacerlo las divorciadas?),
- el Gobierno retira de sus planes la ley de libertad religiosa,
- las procesiones y manifestaciones religiosas católicas invaden los espacios públicos cuantas veces se les antoja, ...

Pero ¡qué RE-laicos que somos!

Sí, es verdad, cada vez hay más gente que opina y que no se limita sólo a decir AMÉN, que eso es lo que añora este señor.

Por cierto, recuerdo la polémica que se entabló en los medios hace unos años con ocasión de la visita del boliviano Evo Morales y su jersey. Me ha venido hoy a la memoria contemplando las inevitables imágenes de las faldas, puntillas y demás complementos del atuendo de Benedicto. ¿También alguien lo criticará ?

lunes, 1 de noviembre de 2010

El informe de Brodeck


"No espere salir indemne de esta impresionante y perturbadora novela" puede leerse en la contraportada del libro. Efectivamente, uno no puede dejar de sentirse tocado por esta novela que explora en lo más íntimo de la esencia humana. Novela de víctimas y verdugos a la vez que de amor y belleza.

Una novela hermosa hasta doler he leído también en una reseña sobre la misma obra. Efectivamente, la lectura duele y conmueve.

Una profunda reflexión sobre el otro, el Anderer, el personaje a exterminar no precisamente por su alteridad, por ser diferente, más bien todo lo contrario porque su mirada nos devuelve el reflejo de lo que somos, de lo que no queremos saber que fuimos.

Una novela de amor, del inmeso amor de su protagonista, Brodeck por su hija Poupchette, fruto también del amor por la dulce y tierna Emélia y del amor de la vieja y generosa Fédorine.

Un relato que describe con detalle la crueldad y la sordidez a la que puede llegar a arrastrarse el alma humana, el embrutecimiento de la razón cegada por las arengas de manipuladores, pero que añade un elemento que yo no recuerdo haber encontrado en otras obras del género, la capacidad de adentrarse en el desgarro moral de las víctimas, en la progresiva y lenta deshumanización, la carga vital que tendrán que arrastrar los supervivientes. "Yo decidí vivir y mi castigo es la vida" dice Brodeck casi al final del libro.

Su castigo y su triunfo. El triunfo de la clarividencia. Del doctorado en la condición humana. Una de las virtudes del relato es su intemporalidad y desubicación, no especifica claramente el lugar, ni el tiempo, ni la guerra a la que se refiere, aunque podamos sospechar que se trata de la II guerra mundial, sin embargo y, precisamente por ello, sus conclusiones son válidas para todo tiempo y todo lugar, "La guerra es una mano inmensa que barre el mundo. El mediocre triunfa y el criminal recibe aureola de santo"

Un libro ligero en el sentido de que no abruma con datos, personajes, referencias históricas, ... que se lee con emoción y que, por si todo lo anterior no fuera suficiente, se enmarca en una pseudo investigación criminal.

Por todo lo anterior y por todo lo que cada uno de los lectores sepa encontrar, recomiendo vivamente la lectura.