martes, 7 de abril de 2009

El chino


Siempre he creído que la manera más barata (y quizá una de las más completas) de viajar son los libros. En este caso, no cabe duda. La lectura de El Chino de Henning Mankell nos adentra en cuatro continentes y en un período que abarca desde las migraciones chinas de 1863 hasta las más actuales. Parece mentira que en un libro de dimensiones bastante normales pueda abarcarse tanta geografía, tanto tiempo, tanta historia, ... a la vez que tantas cuestiones inquietantes enmarcadas en una trama de crímenes y suspense.
Son muchos los comentarios que pueden hacerse en torno a los temas que plantea el autor y es fácil encontrarlos en la red. Pero yo me quedo con la reflexión que una de las protagonistas, Hong, se hace cuando contempla cómo varios hombres ociosos colocan una pesada carga en la cabeza de una joven africana que ya cargaba previamente con su hijo a la espalda.

- Pregúntales cuánto pesaba el saco que le han puesto a la mujer en la cabeza. - Cincuenta kilos - respondió la intérprete una vez hubo preguntado. - Es una carga tremenda. Tendrá la espalda destrozada antes de cumplir los treinta. Los hombres se echaron a reír. - Estamos orgullosos de nuestras mujeres. Son muy fuertes. Hong no vio en sus ojos más que incomprensión. "Aquí, como en China, las cosas son como son para las mujeres", concluyó. "Siempre llevan pesadas cargas sobre sus cabezas, pero peor debe ser la carga que soportan dentro de sus cabezas"

Más adelante, la propia Hong le cuestionará a su hermano si los nuevos movimientos colonizadores de China en Africa van a servir para aliviar las pesadas cargas de las mujeres. Esa es una pregunta que deberia hacerse más a menudo en muchos casos de intervenciones políticas y militares internacionales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario