La justicia española respeta tanto a los ciudadados y ciudadanas de este país que pone por encima de todas las costumbres y tradiciones (las de aquí y las de allí) sus derechos. Derechos humanos que deberían protegerse en todos los rincones de este planeta. Me congratulo con la sentencia. Quizá todavía se queda corta.
Pero por desgracia ha sido necesario que estén en España para que esa chica valiente pueda denunciar y recibir justicia.
ResponderEliminarLa muestra del camino que queda es la cantidad de mujeres de su religión que apoyan a su madre y no a la chica.
Efectivamente. Por eso no valen las medias verdades ni las "tolerancias" paternalistas. Leo hoy con estupefacción en el artículo dominical de Soledad Gállego Díaz (El País)cómo en el seno de la ONU se va a debatir un informe llamando la atención sobre el fenómeno de "difamación de las religiones". Como dice la autora, ¿se puede difamar una religión?, ¿o es que lo que se pretende es censurar voces críticas contra cualquier religión o contra la religión como categoría? ¿Libertad de expresión sólo para los religiosos? ¿No puede haber libertad de expresión para quienes no lo son o para quienes no comulgan con determinados mitos y/o ritos?. No me gusta la palabra tolerancia, hay cosas que no se pueden tolerar. Prefiero hablar de RESPETO, respeto a todos: creyentes, no creyentes, críticos, a las costumbres, tradiciones, ... siempre que no se antepongan a los derechos humanos. Tienes razón, queda un largo camino y sería muy peligroso, dar pasos atrás.
ResponderEliminar