Quienes amen la lectura con
pasión entenderán muy bien la desazón que provoca un buen libro en el ánimo.
Conforme se pasan las páginas con ansiedad para avanzar en la historia se va
instaurando un deseo profundo de
ralentizar la lectura, de retardar al máximo ese ansiado final… El libro, sus
personajes forman ya parte de mi vida (o yo de las suyas) y no quiero
abandonarlos. Pasa muchas veces, cuanto mejor es el libro, más intensa es la zozobra, tal y como me ha ocurrido una vez
más con Americanah* de ChimamandaNgozi Adichie, Ed. Random House.
“En este país (EEUU) no se
puede escribir una novela sincera sobre la raza”, p.438, afirma uno de los
personajes del libro, sin embargo Ngozi lo ha escrito. Ha escrito una gran
novela sobre la RAZA, sobre una raza de
la que no tuvo conciencia hasta que pisó los Estados Unidos porque como dice la
bloguera nigeriana, protagonista del libro: “Queridos negros no
estadounidenses, cuando tomáis la decisión de venir a Estados Unidos, os
convertís en negros” “... y me convertí en negra
precisamente cuando llegué a EEUU.
Cuando eres negro en Estados Unidos y
te enamoras de una persona blanca, la raza no importa mientras estáis los dos
juntos y a solas, porque estáis únicamente vosotros y vuestro amor. Pero en
cuanto salís a la calle, la raza sí importa”, p. 381
“Los negros estadounidenses
también están cansados de hablar de raza”, p. 426 …
“el racismo tiene que ver con el poder de un grupo y en
Estados Unidos son los blancos quienes detentan ese poder”, p. 427
“... en la jerarquía
estadounidense de la raza, el judío es blanco ero también está unos peldaños por
debajo del blanco”, p. 250
“A mí me dio la impresión de
que en EEUU los negros y los blancos
trabajan juntos pero no juegan juntos, y
aquí (Inglaterra) los negros y los blancos juegan juntos pero no
trabajan juntos”, p.362
Una novela sobre la DESESPERACIÓN
del inmigrante “ilegal” y su angustiosa lucha por conseguir papeles...
“Fue él quien sintió el peso
de las esposas durante el traayecto a la comisaría, quien en silencio entregó
su reloj y su cinturón y su billetero, y
observó al policía coger su teléfono móvil apagarlo”, p. 367 “… pero nunca con una angustia
que le retorcía las vértebras”, p.369
Aún así, también es una novela de esperanza en el destino de Africa en general y Nigeria en particulae y orgullosa de su cultura y sus raíces.Y una novela de AMOR, un amor
verdadero que envuelve toda la novela, que transpira a través del tiempo, de
las dificultades, de todos los otros amores, de los éxitos y de los fracasos de
Ifemelu y Obinze, protagonistas de una relación que rezuma sinceridad,
igualdad, respeto … un amor incondicional.
“... y entre ellos creció el
silencio, un silencio antiguo que los dos conocían. Ella estaba dentro de ese
silencio y estaba a salvo”, p. 566
“Nunca había gozado antes de eso, de ser escuchada, de ser
realmente oída ...”, p. 577
Y una novela necesaria (ya lo
avisa Elvira Lindo en el prólogo) que transita sobre tres culturas y tres
continentes, “una novela que ensancha el espíritu” (Elvira, también) y
que trata de la raza, de la inmigración, del amor y de muchos otros temas, (“Por
qué la gente preguntaba de qué trata como si una novela tuviera que tratar de
una sola cosa”). Y si las 610
páginas anteriores no fueran suficientes, cuando llegamos a la 611 la emoción
nos embarga con un final que, de tan esperado, se iba presumiendo más y más inverosímil cuanto más se acercaba.
Su autora, Chimamanda Ngozi ha obstenido importants reconocimientos literarios en EEUU y además se ha hecho mundialmente célebre por su lúcido discurso feminista.
*Americanah es el término con el que en Nigeria se refieren a quien regresa al país después de sus estudios y desarrollo profesional en los EEUU.
*Americanah es el término con el que en Nigeria se refieren a quien regresa al país después de sus estudios y desarrollo profesional en los EEUU.