Un día luminoso era el que ha amanecido hoy en Zaragoza. Hasta el cierzo se ha parado, tal y como ha destacado Javier Lambán, Presidente de la Diputación de Zaragoza. Parece que la meteorología ha querido ser hoy benevolente y colaborar en este acto tan hermoso, emotivo y reconfortante para esas familias que llevan años y generaciones con el dolor clavado como una espina en su alma. Escuchaba los discursos de las autoridades y familiares que salían al estrado y no podía dejar de pensar en lo fácil y rápidamente que se puede sembrar el odio y la semilla del mal en las muchedumbres (cuántos ejemplos recientes tenemos) y lo lento y difícil que es rec

uperarse de las heridas.
3.543 fusilados son solo una pequeña parte de todas las víctimas a quienes se mató físicamente y se quiso matar de olvido, setenta años más tarde sus nombres se recuperan en el
Memorial que hoy se ha abierto en el cementerio de Zaragoza. Pero son muchos, compruébelo, tal y como nos ha invitado Joan Manuel Serrat a hacerlo, cuéntelos así: 1,2,3, ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario