Tengo una amiga maestra y
residente en un pueblo situado a dos horas de coche de una de las tres
capitales aragonesas. Me contaba que está convocada a una sesión de formación mañana mismo de 9:00 a 14:00, lo que evidentemente le
supondrá un buen madrugón. Lo curioso es que se da la circunstancia de que, hasta
hace poco, lo habitual era que este tipo de reuniones provinciales centralizadas
se convocaran a las 10:00, precisamente en consideración a quienes acuden desde
los lugares más apartados de la provincia, pero últimamente se han venido
adelantando. No quiero ser mal pensada, pero me resulta sospechoso que, casualmente
en la ciudad donde se celebran este tipo de reuniones, todos los centros
públicos hayan optado por la jornada continua; así que quizás la causa de este
adelanto horario se deba a la necesidad de respetar los horarios laborales del
profesorado de esta nueva modalidad de jornada, los que trabajan y residen en el entorno
urbano, aunque eso suponga un grave inconveniente para los de las zonas rurales
alejadas.
"Efectos secundarios" de esta nueva tendencia de “escuelas clausuradas a las dos de la tarde”, un formato
de centro laboral de horario concentrado contrapuesto al centro educativo integral (el que abarca períodos lectivos y lúdicos) en el que tanto hemos creído (y algunas seguimos creyendo aunque estemos ya fuera de las aulas) . En este caso además afectan incluso a
una parte del profesorado, ese mismo
sector que con tanta devoción y alegría ha abrazado mayoritariamente los nuevos
horarios. Una curiosa manera de cuidar y
mimar a las escuelas y los maestros/as de
las zonas rurales …
Precisamente hoy mismo La 2 de TVE, en el programa Imprescindibles dedicado a María Moliner, recordaba el Plan de Bibliotecas Escolares promovido por ella en tiempos de la II República Española. Dª María destinaba un lote de libros a cada escuela de cada pueblo, en él, ademas de los títulos de literatura infantil, incluía un apartado de lecturas para los adultos de la localidad, para que éstos pudieran acudir en horarios nocturnos a las escuelas a leerlos. Cambian los tiempos, cambia el espíritu y la metodología pedagógica pero permanecen las desigualdades: ya no son campesinos analfabetos de boina (o mantón) los que necesitan de esos espacios culturales pero hay colectivos como minorías étnicas, inmigrantes, familias desfavorecidas ... que podrían beneficiarse de unos espacios escolares abiertos para aprender español, recibir formación cultural, apoyo en la educación de sus hijos ...
Sin embargo, desde mi ventana que da al patio de una escuela pública, contemplo con tristeza cada día cómo se cierran las puertas a as 14:00 y sólo unas pocas criaturas se quedan correteando por el patio. Unos, los menos, como justificación testimonial de que queda algún profesor/a por el cole (ya veremos hasta cuándo duran estas clases de refuerzo, yo no les doy más allá de dos o tres cursos escolares) y, otros, pobrecillos, esperando a que sus padres salgan de sus respectivos trabajos y acudan corriendo a recogerlos.
Precisamente hoy mismo La 2 de TVE, en el programa Imprescindibles dedicado a María Moliner, recordaba el Plan de Bibliotecas Escolares promovido por ella en tiempos de la II República Española. Dª María destinaba un lote de libros a cada escuela de cada pueblo, en él, ademas de los títulos de literatura infantil, incluía un apartado de lecturas para los adultos de la localidad, para que éstos pudieran acudir en horarios nocturnos a las escuelas a leerlos. Cambian los tiempos, cambia el espíritu y la metodología pedagógica pero permanecen las desigualdades: ya no son campesinos analfabetos de boina (o mantón) los que necesitan de esos espacios culturales pero hay colectivos como minorías étnicas, inmigrantes, familias desfavorecidas ... que podrían beneficiarse de unos espacios escolares abiertos para aprender español, recibir formación cultural, apoyo en la educación de sus hijos ...
Sin embargo, desde mi ventana que da al patio de una escuela pública, contemplo con tristeza cada día cómo se cierran las puertas a as 14:00 y sólo unas pocas criaturas se quedan correteando por el patio. Unos, los menos, como justificación testimonial de que queda algún profesor/a por el cole (ya veremos hasta cuándo duran estas clases de refuerzo, yo no les doy más allá de dos o tres cursos escolares) y, otros, pobrecillos, esperando a que sus padres salgan de sus respectivos trabajos y acudan corriendo a recogerlos.
Enlace al documental María Moliner, tendiendo palabras. Dirigido por Vicky Calavia en la serie Imprescindibles de La 2.
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